Biografía:
Arquitecto suizo nacido en Basilea, hijo de un fabricante de muebles y maestro ebanista. Muy pronto rechazará un futuro dentro de la empresa familiar para estudiar diseño en su ciudad natal, formación que amplió en el Pratt Institute de Nueva York. Sin embargo, los conocimientos adquiridos en la etapa académica no harán más que aumentar su respeto por la artesanía, práctica que había obtenido en su época de aprendiz de ebanistería. Producto de esta dualidad, incorporar la calidad de lo artesanal a un profundo interés por el conocimiento del pensamiento moderno, surge en 1989 su primera obra conocida, la capilla de Saint Benedict, en una pequeña aldea del valle del Rhin. Una actuación deliberadamente rústica que al aportar una innovadora lectura del tradicional método constructivo local será, precisamente, la encargada de abrir el camino hacia el reconocimiento internacional. A partir de ese momento seguirán obras que muestran a Zumthor como un autor capaz de otorgar a su trabajo una carga formal incomparable. El amplio espectro de sus propuestas abarca desde la premeditada rusticidad de Saint Benedict, hasta la solidez de ese gran bloque de piedra y hormigón que formaliza su propuesta para los baños termales de Graubünden en Vals, Suiza. En la ladera del valle, un rotundo y elegante búnker perforado por aberturas cuadradas de diferentes proporciones, algunas acristaladas, mientras otras, precisamente las de mayor dimensión, confían en la solemnidad de su ajustada proporción para abrirse al paisaje. Un edificio de una plasticidad tan deslumbrante como asequible. En su interior la sorpresa continuará con el hallazgo de un espacio misteriosamente litúrgico, la gran piscina cubierta, que junto a climatizada pero al aire libre y en comunicación con la naturaleza, hacen de su visita una experiencia irrepetible.
Arquitecto suizo nacido en Basilea, hijo de un fabricante de muebles y maestro ebanista. Muy pronto rechazará un futuro dentro de la empresa familiar para estudiar diseño en su ciudad natal, formación que amplió en el Pratt Institute de Nueva York. Sin embargo, los conocimientos adquiridos en la etapa académica no harán más que aumentar su respeto por la artesanía, práctica que había obtenido en su época de aprendiz de ebanistería. Producto de esta dualidad, incorporar la calidad de lo artesanal a un profundo interés por el conocimiento del pensamiento moderno, surge en 1989 su primera obra conocida, la capilla de Saint Benedict, en una pequeña aldea del valle del Rhin. Una actuación deliberadamente rústica que al aportar una innovadora lectura del tradicional método constructivo local será, precisamente, la encargada de abrir el camino hacia el reconocimiento internacional. A partir de ese momento seguirán obras que muestran a Zumthor como un autor capaz de otorgar a su trabajo una carga formal incomparable. El amplio espectro de sus propuestas abarca desde la premeditada rusticidad de Saint Benedict, hasta la solidez de ese gran bloque de piedra y hormigón que formaliza su propuesta para los baños termales de Graubünden en Vals, Suiza. En la ladera del valle, un rotundo y elegante búnker perforado por aberturas cuadradas de diferentes proporciones, algunas acristaladas, mientras otras, precisamente las de mayor dimensión, confían en la solemnidad de su ajustada proporción para abrirse al paisaje. Un edificio de una plasticidad tan deslumbrante como asequible. En su interior la sorpresa continuará con el hallazgo de un espacio misteriosamente litúrgico, la gran piscina cubierta, que junto a climatizada pero al aire libre y en comunicación con la naturaleza, hacen de su visita una experiencia irrepetible.
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